Despierto con los últimos pájaros de la noche
aleteando sobre el borde oscuro de mi vientre.
La luna es apenas una sonrisa en el cielo
y como hilachas cuelgan, irracionales,
los vestigios de un mundo enajenado.
Cae la última estrella;
el cielo se parte en dos.
Una serpiente deja su último vestido
para morir de cara al sol.
Todo parece ser parte de un final
que se anunciaba en ti desde hace tiempo,
ahora aquí se encuentra, dolorosamente pétreo.
Mientras a lo lejos sigo escuchando tu silencio
repitiéndose una y otra vez como si tratase de un eco .
Preciosa y triste poesia...casi sin esperanza,...pero todo vuelve, damos vueltas como una noria...
ResponderEliminarBesos