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Mostrando entradas de 2007

Deseo ser tu calma.

Deseo ser tu calma y en la noche el seSer si lo quisieras un poema rebosante de verbos. Con los que acarciarte Con los que besarte y sino te asustara , amarte en momentos como estos. Si me dejaras, podria ser tu nada y hasta tu todo. Ser un pasajero silencioso en ese tu trayecto...ser la luz del faro que te guíe hasta mi puerto. ¡¡Sabes!! desearía poseer la llave que abriera tu corazón. Ser un día la mujer de tus pecados pero nunca la de tus remordimientos. Si pudiera, que no puedo desearía ser todo eso y mucho mas ... Pero tú ya elegiste otro destino, otro puerto, seducido por su misterio ese que yo no poseo.creto que nos envuelve en silencio.

Te rogué

 Te rogué que me dejaras soñar, que no alteraras esos sueños con tu miedo… pero tus labios, tus manos y todo tú se han paralizado en honor a ese maldito descubrimiento. Vuelvo a ser presa de lo fui y de lo que soy, vuelvo , vuelvo… Y en ese volver me encierras y me encierro. En ese transitar de incidencias He ido descubriendo que he muerto. En esa muerte te encuentras tú, como se encuentran todos ellos. Te suplique con mis palabras y mis actos que me permitieras soñar, con ser esa mujer que nunca he sido… Pero el miedo, ¡ahí el miedo! , maldito miedo, el tuyo, el de todos ellos, no me lo permite, ni me lo permitieron.

En mi bosque

En la unión de desesperada en la noche de mundos desencantados tu me buscas y yo te encuentro tú penetras en mí dentro, muy dentro Plantando raíces en mis entrañas que treparan por mi cuerpo floreciendo en mi cada mañana jadeos de sinfonías vivas. Escapándose de nuestros sexos que se cruzan los tuyos con los mios mientras tu me recorres, perdido mientras yo te disfruto, te encuentro En esa pasión desenfrenada que humedece de amor nuestros cuerpos dándole el adiós a la noche con el éxtasis completándonos Recibiendo en el silencio el alba la noche nos acompaña a su final descansando en la calma que precede a la tempestad.

Un manto de hojas

Un manto de hojas secas cubren este cuerpo, aterido que tiembla en su letargo. La noche esta crujiendo y yo sigo temblando de frío mis manos de humo, se pierden sobre tu nada. Mis cabellos flotando en busca de ese tu cuerpo invitándote, a inundar mi tierra a perderte en mis adentros. Te ofrezco mar y arena y esos sus olores frescos. respírame, en mi desconcierto, mientras cruje la noche y te voy perdiendo.

Si te tuviera.

i te tuviera. Si te pudiera tener... Iría recorriendo tu figura con la palma abierta de mi mano hasta crearte de nuevo. Eres nostalgia, memoria e incertidumbre. Eres un cuerpo y no lo eres en ese estar diario. A unque estuvieras, tendría que recordarte como estoy haciendo, la memoria es así de caprichosa. Te iría buscando despacito, con las yemas de los dedos, reptando mi cuerpo por tu cuerpo. Te buscaría con mis labios, dejando tras ellos ese hilo brillante húmedo de deseo. Como si no estuvieras aquí, cómo si nunca te hubieses ido. Como si fueras un recuerdo necesario para seguir respirando y sentir que aún estoy viva, que siento y en ese sentir te encuentro. Te busco con miedo, más del que tu puedas imaginar. Te espero sentada a la orilla de tus recuerdos, esos que me obsequiaste, poniendo sonrisas en mí rostro. Oculta y cómplice como otras veces. Te espero, sentada a la orilla de tus propias sombras, desde el ese vértigo increíble de poder tocarte, de poder ser yo esa otra mu

Albergar otro sueño

M i deseo es albergar otro sueño, ese en el que tu no aparezcas. Volver a caminar sin pies y a volar sin alas, a sentirme de nuevo yo, algo que tu me arrebataste. Necesito vestirme de esa calma de la que me desposeíste. Limpiar mis ojos de esa huella que los tuyos dejaron. Amor, no creo que aquello llevara ese nombre. Sólo fue un espejismo que mi anhelo fue forjando. Mis sentidos a la sin razón de lo imposible se aferraron y hoy entre lagrimas lo estoy pagando. Me urge encontrar la calma la que llegara con tu olvido. Brotándome de nuevo una sonrisa dejando de sentirme pérdida.

Llueve rojo

Llueve rojo mientras contemplo y escudriño esos charcos de turbios recuerdos Llueve rojo salpicando sobre mis pechos, rodando por mí vientre hasta enredarse en la maraña de mí pubis. Llueve rojo y mis labios pronuncian palabras sobre esas sábanas ahora resecas. Guardo silencio en ese amor atemporal y exprimo esos adverbios complejos. Demasiados deseos haciéndose charcos, charco de lluvia roja ... Por eso hoy pienso y callo y espero en rojo…

Es una lastima que no estés conmigo

Es una lastima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las doce , entrada la madrugada, hora que llaman bruja por estar repleta de magia. Me pongo ante una pantalla blanca y te escribo olvidándome por completo de ese dolor de espalda. Busco palabras que se conviertan en besos y caricias en conjuros cargados de sensaciones dulces y amargas. Es una verdadera lastima que no estés aquí conmigo cuando el día y la noche se funden Y vuelvo a mirar ese reloj y sigue esa misma hora, conservándose intacto ese paisaje que te reclama, en el que podamos prometernos bajo esos crepúsculos neutros que no seré ella, ni tú serás él , por que siempre seguiremos siendo nosotros los que fuimos cuando nos cruzamos en un mismo camino cargados de nuestras propias etapas. Es una lastima que no estés conmigo, una verdadera lastima…

El azar te trajo a mí

El azar te trajo hasta mí, en esta noche en la que evocar quiero a los sentidos. En la que reina el espíritu lunar cómplice de este y otros momentos en los que una especie de sortilegio incubara a esa mujer que llevo dentro. Tu mirada me enaltece y ante ella deseo sucumbir en esta travesía nocturna en la que tu y yo tan sólo somos elementos alquímicos, una aleación intima de dos cuerpos mezcla de deseo y pasión homogéneamente perfecta de la que el amor es su centro.

Pétalos resecos

Caen uno a uno pétalos resecos como gotas de agua sobre esas arrugadas y áridas sábanas que representan una vida Uno a uno lentamente como esos finos granos de arena de un reloj que impasiblemente marca el ayer, marca el hoy, y tal vez este ya marcando un mañana… Despierta, miro esa almohada sobre la que soledad aun duerme y no logro despertarla. Seguirán cayendo pétalos resecos por esas mismas arrugadas y áridas sabanas con aroma de deseos ocultos y al silencio. de todas mis madrugadas.

Momentos con olor a serenidad

Momentos oscilantes. Un tiempo que se detiene sin llegar a detenerse. El día gris y evanescente trae ese café amargo y fuerte, como un sereno rito. Una mecedora vieja que se queja en la que suelo mecerme. Las cortinas intimando se cierran. La luz se aleja poco a poco, ofreciéndome una placentera penumbra. El silencio conversa conmigo. Las sombras se van una a una escondiendo. Siento la ausencia del calor de la palabra sobre este cuerpo hoy deshabitado. Un sorbo y otro sorbo… Llega hasta mí el murmullo de la calle. Me deleito de este estar a solas, prolongando estos momentos en los que pensar en cosas que de verdad me importan. Momentos y tiempo …..

Entre tus manos

M e despierto entre tus manos, frías, sudorosas , calladas… U n bosque de palabras y recuerdos vivos, perdiéndose entre ellos deseos desvanecidos. U na palabra truncada sobre esa pregunta sin respuesta. D ibujar debo ese horizonte tras el que tu te escondes. U n mar te viste de espeso silencio. U n oleaje de azúcar. S uspiros negros. U n volver a empezar, un empezar de nuevo…

Te pertenezco

T e pertenezco desde este mismo instante. Recorre mi cuerpo con tu lengua Tibia, suave salvadora... Escucha mis coagulados gemidos al morderme cada uno de mis pechos, al succionarlos con ansia como un niño. Mi lengua dibujara tus labios. mis caricias rotas lloraran sobre tu desnudo cuerpo. T e pediré que me dejes esa parte de ti con la que pueda renacer de nuevo, como el mayor de los milagros. Empapame de esperanza, al menos por este preciso momento…

Tal vez mañana vuelva a empezar

Flirtea con la soledad Enterrar los miedos Escribir con el alma Respirar un sueño Convertirte en danza Beber el jazz a pequeños sorbos Llorar a carcajadas Reír emocionada Caminar sin dejar huella Y dejarse llevar por una melodía inacabada como tu vida y la mía. Podría seguir, podría si me lo propongo continuar pero mejor lo dejare aquí, y mañana tal vez vuelva a empezar.

Pensamientos conversos y cóncavos

Creo a diario mi propia confusión. Con inexistentes tijeras recorto sentimientos, emociones y miedos colocándolos en mí escenario. El desconcierto deambula dentro de mí. Los besos con sabor a engaño aun residen en el recuerdo. Un asesino de ilusiones sobre mi vida cabalga entre sorbo y sorbo de un café amargo que degusto en solitario. Negro sobre blanco, blanco sobre negro, retazos y más retazos. Un saco repleto de pensamientos conversos y cóncavos.

Busco la forma de mi amado

Busco la forma de mi amado en esa madurez serena, con la que se viste de lumínica magia. Lo busco en esos ojos humedecidos de escarcha y en esa sonrisa diáfana que suele decir mucho mas que calla. Busco en su desnuda piel ese aroma a deseo y lujuria que por mi cuerpo derrama. Busco la forma de mi amado eso y mucho más que he de seguir buscando...

Golpea la noche en la ventana

Con rotundos aldabonazos de silencio la noche golpea en mi ventana. Como con la llegada de un amante mis entrañas se encrespan enzarzadas por ese deseo insoslayable, que tus palabras esparcieron sobre mi, convertidas en desconocidas verdades, con las que fui cubriendo mi vida en la inconsciencia mas inenarrable. No sirve de nada abrir ese futuro en el que tu aroma aun persiste. Mis recuerdos están acostumbrados a perder, aliándose el deseo con la memoria. Golpea la noche en la ventana sacudiéndome el temor a confesarme…

Bocanadas de deseo

Engarzo el humo al contorno de tu cuello encendiéndose mi anhelo; consumiéndome con apenas rozarte. Me gusta tanto encender este momento contigo… Se diluyen lejos, muy lejos promesas y miedos… Y tú improvisas bocanadas de deseo; mentiras en mi piel. El hilo de ceniza se romperá de golpe, mientras la cúpula lunar que hace tiempo que tira, se ha extinguido en el cenicero.

Memoria deshojada

Memoria que te deshojas en el crepúsculo de la vida. Tic, tac, de un péndulo que oscilante en el vacío, recuerdas la ceniza de las horas que se deshace en el tiempo. Mientras zumba una negra mosca sobre el rostro dormido de un niño, pululando como sombra amenazante. El cric, crac, de un viejo sillón, el fuego en la chimenea, un libro abierto sobre la mesa, las ventanas entreabiertas. Imágenes perdidas en la memoria esa que en silencio agoniza.

Danzare

Danzare sobre cada una de tus palabras empapadas de esa desesperación que se conjuga en tu alma. Las palabras que fuimos compartiendo una a una se me fueron secando. En pleno vuelo quedaron los pájaros desatándose una vez más la memoria por entre lunas hechas con retazos de vidrio y licores de silencio, una vez mas estoy caminando. Danzare sobre cada una de esas huellas que me impregnaron de olvido y que algún día han de cicatrizar. Pasare del corazón a mis labios ahogando este poema trazado sin mas.

Los últimos pájaros de la noche

Despierto con los últimos pájaros de la noche aleteando sobre el borde oscuro de mi vientre. La luna es apenas una sonrisa en el cielo y como hilachas cuelgan, irracionales, los vestigios de un mundo enajenado. Cae la última estrella; el cielo se parte en dos. Una serpiente deja su último vestido para morir de cara al sol. Todo parece ser parte de un final que se anunciaba en ti desde hace tiempo, ahora aquí se encuentra, dolorosamente pétreo. Mientras a lo lejos sigo escuchando tu silencio repitiéndose una y otra vez como si fuese un eco.

Hombre de Luna

Cristales rotos sobre la noche. Ángeles o demonios danzan en la oscuridad hambrienta, de frías luces de neón. Hombre de la luna, la ausencia de tu voz al viento llama locura, cuando la locura soy yo. Bañada siempre en polvos de plata, por ser la Diosa de la sinrazón. Busca poseer mi cuerpo y quien los posee soy yo. Noches que afilan los miedos escondiéndolos en su interior

Pasaran los días y los meses

P asaran los días y los meses y con ellos los desengaños. Se deshojaran las noches llenándose de una indescriptible y cruel armonía que anegara de oscuridad, tu recuerdo. Si me acompañas lluvia abajo crearemos una tarde con los colores del sosiego Donde el misterio de tu adiós sea el compañero que me refugie. Cuando de mis labios salga tu nombre será convertido en huella, la que dejaste con forma de fe acompañándome en ese tiempo.. El otoño lentamente me ira envejeciendo secando todos mis pensamientos. No puedo curar ese pasado pues la ausencia de tu corazón sigue creciendo dentro de mi, haciéndome trazar un camino de vuelta para no olvidarte jamás.

Mi deseo nunca fue el de poseerte

M i deseo nunca fue el de poseerte, si no el de contemplarte y respirarte con el ansia de nunca haberlo hecho, convirtiéndonos en unos extraños que están disfrutando con sus cuerpos, visual o lingüísticamente convertido en deseo. Sentir que te restriegas contra mis senos, Y te hundes en la profundidad de mis muslos. hasta entronizarte dentro de mi sexo. E scuchar rítmicamente tu respiración y esos gemidos conjugados. M i deseo no es el de poseerte si no el de ofrecerte esta libertad que se esconde tras nuestros sexos. E n esos besos y caricias, en todos y cada uno de esos corporales escarceos que tú me ofreces y yo te ofrezco. E n esa pasión alimentada de palabras haciéndola crecer y crecer por momentos. M i deseo cielo, nunca fue el de poseerte por que te quiero en libertad como el viento.

En mi bosque

E n mi bosque se pierde tu lengua, en busca de mi húmedo sexo, alimentándote de sus aromas. En nuestros cuerpos agitados, la unión desesperada en la noche, de mundos desencantados, e inconexos. Tú me buscas, y yo te encuentro, tú penetras dentro de cada uno de mis huecos, plantando raíces, en mis entrañas, regándome con tu semen toda por dentro, que hará que nazcan raíces, que treparán por todo mi cuerpo, floreciendo en mi, cada mañana. Jadeos de sinfonías vivas, escapándose de nuestros sexos, cruzándose los tuyos con los míos, mientras tu me recorres, perdido, mientras yo te disfruto, te encuentro en esa pasión desenfrenada, que humedece de amor nuestros cuerpos; ofreciéndole un adiós a la noche, con el éxtasis mas completo. Recibiendo, en el silencio el alba.