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Mostrando entradas de 2010

UN CURIOSO VISITANTE

        ra un día de lluvia en el que apenas transitaba gente por la calle. Mi madre se encontraba tumbada en el sofá mientras veía una película. Yo mientras tanto, estaba intentando coser la ropa que mi abuela le había hecho a mi muñeca. Una hora después mire por la ventana con la esperanza de que hubiera dejado de llover, pero no, aun seguía diluviando. Deje de coser y le pregunté a mi mamá si me dejaba salir a dar una vuelta. Pero ella me respondió _Flora no puedes salir, a caso no ves la que esta cayendo_ Enfurruñada, le dije que __si__ dejando un pero en el aire. _ No hay peros que valgan ¿entendido? y ahora si tanto te estas aburriendo ponte a hacer los deberes._ no tengo o ¿no te acuerdas que ya los estuve haciendo ayer? __ Pues vete a hacer algo y déjame ver la película por favor._ Me fui cabreada a mi habitación. No pensaba hacerle caso. Abrí el armario y saque el chubasquero y las botas de agua y cuando estaba poniéndomelas, escuche detrás de mí un pequeño rui

Otoño

oy el día amaneció grisáceo.Si uno guarda silencio y pone atención, puede llegar a escuchar a lo lejos el crepitar de las pisadas del otoño, esa estación del año que todo lo envuelve con esa melancolía, que cada vez me va fascinando más y más. Consigue impregnarlo todo con ella . Desde hace riempo me siento identificada con esa estación, quizas por qué creo encontrarme en el otoño de mí vida, esa fase que precede al invierno a la vejez y a ese final de todo. Me gustaria dar largos paseos sola, observando los árboles medio desnudos y sentir ese aroma reseco del la alfombra de sus hojas bajo los pies. Admirar esa gama de colores ocres, dorados, castaños, rojizos y verdes tierra como una sinfonia inacabada…. Esas hojas que hasta una leve brisa consigue arrancar de sus tambien resecas ramas y las arrastra, dejando sobre el alquitran del asfalto la calidez de sus colores. Igual resulta cursi y hasta pedante, ésta forma de describir ese Otoño, puede

Un día, un cuento, ajeno a la mano que lo escribió

"Hay una historia que no está en la historia y que solo se puede rescatar aguzando el oído y escuchando los susurros de las mujeres” n día, un cuento, ajeno a la mano que lo escribió o pudiera haberlo escrito, cambió el final de su propia historia. Ese comienzo me gustaba, pero sentía que no había salido de mí, que había resurgido misteriosamente de no se sabe dónde. Pensé , si vuelvo a cerrar los ojos y a dejar que las horas transcurran, de forma que un día dé paso a otro día , tal vez vuelva a ocurrir algo parecido…, puede ser que mi mente encuentre una historia que cambiar, los cambios a veces son necesarios. Podría encontrar una pareja la que tras creerse unidos por un vínculo invisible, el tiempo y la distancia se hubieran unido para confabularse para que todo eso fuera completamente diferente. Que la chica no fuera a esa estación de tren, en la que iba a reencontrarse con su novio, que venía de una guerra cargado con un triunfo demasiado pesado. Ese

Deseo ser tu calma

Deseo ser tu calma y en la noche el secreto que nos envuelve en silencio. Ser si lo quisieras un poema rebosante de verbos, con los que acariciarte. Con los que besarte y sino te asustara , amarte en momentos como estos. Si me dejaras, podría ser tu nada y hasta tu todo. Ser un pasajero silencioso en ese tu trayecto...ser la luz del faro que te guíe hasta mi puerto. ¡Sabes! desearía poseer la llave que abriera tu corazón. Ser un día la mujer de tus pecados, pero nunca la de tus remordimientos. Si pudiera, que no puedo desearía ser todo eso y mucho mas... Pero tú ya elegiste otro destino, otro puerto, seducido por su misterio ese que yo no poseo. A d@v

En el fluir de la noche

L a noche fluye dulcemente de su mano, el silencio se desliza en las calles. a su espalda carga secretos, que ni la luz  puede desvelar.  H ombres que van y vienen ,dejan sus huellas tras ellos. C icatrices de luz y sombras cruzan las calles. La palabra AMOR sobre sus paredes, entre pintadas desafiantes de clamorosos gritos inaudibles. P ensamientos que se pierden por las aceras ,  huellas de sedientos seres. S obre el cuerpo profundo de la noche, mundos dejados atrás con resquicios de vidas que nadie echa de menos. L as aguas del río de las calles arrastran, miradas, odios, miseria. P uertas que se abren y se cierran dejando un chirriante sonido escapar. U n morir de idas y venidas, hasta el renacer de un nuevo día en la calle nuevos  sedientos seres. en ese nuevo latir de vida.

MÍ propio autorretrato

Otra noche más me senté sobre la cama dispuesta a ir desnudándome, lo hice con la misma apatía con lo venia haciendo desde hacia tiempo. Con la inercia que suele esconder la rutina , esa que a todos consigue adormecer. Miré con detenimiento a mí alrededor, todo se encontraba en el mismo lugar en el fue colocado hacia años, parecía como si se hubiera detenido el tiempo en ese dormitorio. Mis ojos fueron a detenerse en el espejo del tocador heredado de mi abuela. Un receptáculo de cristal agrietado. Me vi en aquella especie de lienzo. Siempre huí de los espejos, me mostraban una realidad de la que deseaba huir. Sé que es ridículo querer evadirse de nuestra propia verdad, lo sé, como sé que mí comportamiento al hacerlo no hablaba demasiado bien a mí favor. El rostro de la mujer del espejo era agradable, en el se percibía serenidad. Acaricié mi rostro a la vez que lo hacia ella, lo que me hizo recordar aquel juego de niña en el que se repetían los gestos de la