L lovieron para nosotros noches exorcizantes, en las que sucumbimos como mortales a esa locura carnal, buscándonos , palpándonos, penetrándonos hasta el infinito, renaciéndonos en cada uno de ésos instantes, calmando esos inexistentes miedos aferrándosen nuestros cuerpos con desesperación. Mis muslos entre los tuyos enzarzados en esa cruzada supurando restos de lo que fuimos, llegando a ese orgasmo reparador. Fertilizándome tu miembro con la humedad del semen liberador. Llovieron noches y noches ….