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Mostrando entradas de septiembre, 2020

SER POBRE EN UNA SOCIEDAD DE CONSUMO

En la edad dorada de la sociedad de productores, la ética del trabajo extendía su influencia más allá de las plantas industriales y los muros de los asilos. Sus preceptos conformaban el ideal de una sociedad justa todavía por alcanzar; mientras tanto, servían como horizonte hacia el cual orientarse y como parámetro para evaluar criticamente el estado de situación en cada momento. La condición a que se aspiraba era el pleno empleo: una sociedad integrada únicamente por gente de trabajo. El «pleno empleo» ocupaba un lugar en cierto modo ambiguo, ya que era al mismo tiempo un derecho y una obligación. Según desde qué lado del «contrato de trabajo» se invocara ese principio, una u otra modalidad saltaba a primer plano; pero, como sucede con todas las normas, ambos aspectos debían estar siempre presentes para garantizar la validez general del principio. El pleno empleo como característica indispensable de una «sociedad normal» implicaba tanto un deber aceptado universal y voluntariament