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Mostrando entradas de julio, 2020

Joana. Diálogo con Joan Margarit

Recuerdo la fecha porque Margarit me dedicó su libro más hermoso, Joana. Las palabras que escribió para mí hablaban de la trágica muerte de su hija y de la prematura pérdida de mi padre, que le comenté durante una breve conversación. Cuando observé la fotografía de su hija en el interior del libro, pensé de inmediato en mi hermana Rosa, ambas maltratadas por los caprichos de la biología. Se trata de una imagen en blanco y negro de escasa calidad. Joana apoya la cabeza sobre el hombro de su padre. Sonríe con aparente despreocupación, pero se advierte su fragilidad. En su rostro hay dulzura, timidez y un entrañable apego a la figura paterna. Su mirada esconde una herida, pero también un ferviente anhelo de dicha. Yo había apreciado mil veces los mismos sentimientos en mi hermana, pero no comenté nada. Margarit y yo nos despedimos cordialmente, estrechándonos la mano. No creo que el poeta recuerde ese lejano encuentro, pero yo no he olvidado su cercanía y sencillez, dos cualidades infrecu