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Mostrando entradas de 2019

“La canción de cada uno”

La canción de cada uno es un emotivo cuento popular africano, que hoy me he encontrado, de nuevo, navegando por el océano de esta red social, y me he acordado entonces del relato que escribí cuando lo leí por primera vez, para contar una realidad que duele, que emociona y conmueve. A veces me cantabas mi canción, la que fuiste a buscar a la selva cuando estabas embarazada. Esa era la costumbre en nuestra aldea africana: las mujeres embarazadas, al sentir que albergaban una nueva vida, se adentraban entre los árboles más altos y frondosos, y emitían sus plegarias, sus rezos a la selva, a la naturaleza, mientras esperaban oír entre el rumor de las brisas, del sonido incesante de los pájaros, la canción del nuevo ser. Porque todos tenemos nuestra canción, que está en el viento, en la vida, y la madre tiene que buscarla, atrapar su sonido del aire, la melodía en que está la identidad de su hijo. Y cuando tú escuchaste la mía, te la aprendiste, y volviste a la aldea, a esperar a que

Nada es lo mismo

La lágrima fue dicha. Olvidemos el llanto y empecemos de nuevo, con paciencia, observando a las cosas hasta hallar la menuda diferencia que las separa de su entidad de ayer y que define el transcurso del tiempo y su eficacia. ¿A qué llorar por el caído fruto, por el fracaso de ese deseo hondo, compacto como un grano de simiente? No es bueno repetir lo que está dicho. Después de haber hablado, de haber vertido lágrimas, silencio y sonreíd: nada es lo mismo. Habrá palabras nuevas para la nueva historia y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde. Ángel González

“La noche de los Cristales Rotos”

81 aniversario de “La noche de los Cristales Rotos” En la noche del 9 de noviembre de 1938 hubo un estallido de violencia contra los judíos en todo el Reich. Una serie de linchamientos y ataques combinados ocurridos en la Alemania nazi (comprendiendo Austria también) llevado a cabo contra ciudadanos judíos por las tropas de asalto de las SA junto con la población civil, mientras las autoridades alemanas observaban sin intervenir. El ministro de propaganda alemán Joseph Goebbels y otros nazis habían organizado cuidadosamente los pogroms. En dos días, más de 250 sinagogas fueron quemadas, más de 7.000 comercios de judíos fueron destrozados y saqueados, docenas de judíos fueron asesinados, y cementerios, hospitales, escuelas y hogares judíos fueron saqueados mientras la policía y las brigadas de bomberos se mantenían al margen. 30.000 judíos alemanes fueron arrestados por el "delito" de ser judíos y fueron enviados a campos de concentración, donde cientos de ellos murier

La tumba más hermosa del mundo

Foto: Tumba de León Tolstoi Yásnaia Poliana, Rusia No he visto en Rusia nada más grandioso e impresionante que la tumba de Tolstoi. Ese augusto monumento, venerable centro de peregrinación de las generaciones futuras, queda desplazado y solo, sombreado en el bosque. Un sendero estrecho, que discurre sin aparente plan entre claros y maleza, conduce a este túmulo, que no es otra cosa que un pequeño rectángulo amontonado de tierra, que nadie vigila ni ampara, a la sombra única de unos pocos grandes árboles. Y esos árboles descollantes, mecidos suavemente por el viento del temprano otoño, fueron plantados por el mismo León Tolstoi, según me refiere su nieta. Su hermano Nicolás y él habían oído, cuando niños, de boca de alguna ama o aldeana, la antigua conseja de que allí donde se plantan árboles se constituye un lugar de felicidad. Y por eso, jugando, habían hincado por las buenas en la tierra unos cuantos renuevos en determinados lugares y no habían tardado en olvidar este jue

Fragmento de una carta de Henry Miller a Anaís Nin

 Anaïs, no creo que nadie haya sido tan feliz como lo fuimos nosotros. No creo que exista en la historia del hombre y de la mujer un hombre y una mujer como tú y como yo, con nuestra historia, nuestras circunstancias; con aquello que se desbordaba en las paredes, el ruido de la calle y la explosión de tu mirada inquieta de ojos delineados en negro; con la sinceridad de tu cuerpo frágil y tu secreto agresivo e insaciable. El recuerdo puede ser cruel cuando estás volando febrilmente a tu próximo destino, a otros brazos que te reciban expectantes y hambrientos. El recuerdo de tu diario rojo que tirabas en la humedad de la cama entre tus labios entreabiertos y mis ganas de desearte. Te deseo. Te deseo con la desesperación y el anhelo de lo imposible y ya te has ido y tal vez, en un sueño imaginativo y romántico, leerás estas palabras una y otra vez, en medio de mi ciudad con la gente pasando en medio de las calles y la sorpresa en tus ojos y la gran dama con el fuego en la mano de

"Se llama calma",

Tranquilidad, ausencia de agitación y de nervios en la forma de actuar,  esta es la definición de calma. Este sentimiento, que así visto suena tan sencillo, no siempre es fácil de conseguir. La calma es una de las principales habilidades emocionales y la base para una buena salud mental. Así lo describe el Dalai Lama en esta maravilla de poema:  Se llama calma y me costó muchas tormentas.  Se llama calma y cuando desaparece…. salgo otra vez a su búsqueda.  Se llama calma y me enseña a respirar, a pensar y repensar.  Se llama calma y cuando la locura la tienta se desatan vientos bravos que cuestan dominar.  Se llama calma y llega con los años cuando la ambición de joven, la lengua suelta y la panza fría dan lugar a más silencios y más sabiduría.  Se llama calma cuando se aprende bien a amar, cuando el egoísmo da lugar al dar y el inconformismo se desvanece para abrir corazón y alma entregándose enteros a quien quiera recibir y dar. Se llama calma cuando la a

LAS BELLAS IMÁGENES

                          John Dugdale  “- Ha sido un noche perfecta- dice ella Él se sobresalta: - ¿Por qué dices ha sido? Todavía no ha terminado. - Las dos de la mañana. Querido, tengo que volver - ¿Cómo? No te quedas a dormir aquí? - Las niñas son demasiado mayores… - ¿Entonces qué? ¿No pasarás ninguna de estas noches conmigo? ¡Siempre la misma canción! Un poco de adulterio al margen, pero buena esposa, buena madre. ¿Por qué no hay una expresión para decir mala amante, mala querida…? – Su voz se estrangula, su mirada se turba:… - ya no me quieres como antes - ¿Entonces por qué estoy aquí? - Ya no me quieres como antes… - Te aseguro que sí… Déjame vestirme… Él se sirve otra copa mientras ella se va al cuarto de baño… Desde luego: yo aplastaría mis remordimientos si fuera como antes; la turbación que fulmina como un rayo, la noche que arde, torbellinos y avalanchas de deseos y delicias: por esas metamorfosis se puede traicionar, mentir, arriesgarlo todo. Pero no por esas ama

Reflexión de un desconocido

Los tamaños varían conforme el grado de compromiso. Una persona es enorme para uno, cuando habla de frente y vive de acuerdo con lo que habla,  cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe inocente. Es pequeña cuando sólo piensa en sí misma y le hace creer a los demás que piensa en ellos,cuando se comporta de una manera poco genial, cuando no apoya,cuando abandona a alguien justamente en el momento en que tendría que demostrar lo que es más importante entre dos personas: la amistad, el compañerismo, el cariño, el respeto y el amor. Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo. Cuando trata de entenderte aunque no piense igual. Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en lugar del otro, cuando obra no de acuerdo con lo que esperan de ella, sino de acuerdo con lo que se espera

“Me declaro vivo”

Saboreo cada acto. Antes cuidaba que los demás no hablaran mal de mí, entonces me portaba como los demás querían y mi conciencia me censuraba. Menos mal que a pesar de mi esforzada buena educación siempre había alguien difamándome. ¡Cuánto agradezco a esa gente que me enseñó que la vida no es un escenario! Desde entonces me atreví a ser como soy. He viajado por todo el mundo, tengo amigos de todas las religiones; conozco gente extraña: católicos, religiosos pecando y asistiendo a misa puntualmente, pregonando lo que no son, personas que devoran al prójimo con su lengua e intolerancia, médicos que están peor que sus pacientes, gente millonaria pero infeliz, seres que se pasan el día quejándose, que se reúnen con familia o amigos los domingos para quejarse por turnos, gente que ha hecho de la estupidez su manera de vivir. El árbol anciano me enseñó que todos somos lo mismo. La montaña es mi punto de referencia: ser invulnerable

Palabras

Las palabras son buenas. Las palabras son malas. Las palabras ofenden. Las palabras piden disculpa. Las palabras queman. Las palabras acarician. Las palabras son dadas, cambiadas, ofrecidas, vendidas, inventadas. Las palabras están ausentes. Algunas palabras nos absorben, no nos dejan: son como garrapatas, viven en los libros, en los periódicos, en los mensajes publicitarios, en los rótulos de las películas, en las cartas y los carteles. Las palabras aconsejan, sugieren, insinúan, conminan, imponen, segregan, eliminan. Son melifluas o ácidas. El mundo gira sobre palabras lubricadas con aceite de paciencia. Los cerebros están llenos de palabras que viven en paz y en armonía con sus contrarias y enemigas. Por eso la gente hace lo contrario de lo que piensa creyendo pensar lo que hace. Hay muchas palabras. Hay, también, el silencio. El silencio, es por definición, lo que no se oye. El silencio escucha, examina, observa, pesa y analiza. El silencio es fecundo. El silencio es la ti

La Lentitud

Foto. Lewis Sayre ¿Por qué habrá desaparecido el placer de la lentitud?... Cada nueva posibilidad de la existencia, incluso la menos probable, transforma la existencia entera… Asciende por sus hipérboles como quien sube los peldaños de una escalinata que conduce al cielo… Está levantada… habla calmada, pausadamente, en voz baja, sibilante. Y luego empieza a desnudarse. Es la primera vez que se desnuda delante de él con tal ausencia de pudor, con tan declarada indiferencia… Ese cuerpo que solía entregarse con sencillez y rápidamente, se yergue ante él como estatua griega en un pedestal de cien metros de altura. Está loco de deseo y es un deseo extraño que no se manifiesta sensualmente, sino que llena su cabeza y sólo su cabeza, deseo como fascinación cerebral, idea fija, locura mística, la certeza de que ese cuerpo, y ningún otro, está destinado a colmar su vida, toda su vida. Ella siente con fascinación esa devoción, se le pega a la piel y una oleada de frialdad le sube a l

El precio de su recuerdo

El hombre era viejo y había sido alto. Llevaba una gabardina manchada y una corbata negra anudada con torpeza o descuido. -¿No puede dar más? -insistió. -Créame, le doy más de lo que podré sacar por ella a nada que se me tuerza la suerte -aclaré-. Aunque nadie lo crea, esto intenta ser un negocio. Por su rostro atravesó una nube de tristeza. Colocó las manos a ambos lados de su mercancía y la defendió: -Pero si es una maleta magnífica. De piel. ¿Se ha fijado en los cierres? Primera calidad. -Eso no lo discuto. Sólo pasa que las cosas antiguas valen a condición de que no estén muy usadas, y si lo están, sólo cuando pueden restaurarse. Debió ser una buena maleta, y bonita, también. Pero ahora está demasiado estropeada. De pronto, se rió. -Usted no lo entiende -dijo-. La compré en Southampton, un día de viento. Estaba alegre y gasté en ella el sueldo de tres meses. Ha soportado todo lo que yo he soportado, del Trópico a Groenlandia. No he tenido nada mejor en la vida.

DESAFÍO CRÓNICO, ENVEJECER BIEN

En el íntimo tocador de la vejez El amor no tiene edad, textura, color de piel o formas perfectas. El amor, en la vejez, toma forma en el grano de la emoción que lo hace vivir. Eso es lo que experimenté en la mañana. Mis dedos se deslizaron rápidamente en una fuente de noticias digital. Se detuvieron en una foto y luego en otra. Retratos felices y tiernos de sujetos cuyos años han marcado el sobre, el cuerpo. Una ventana abierta en la intimidad de un centenario y su musa. Una invitación a vivir la emoción de los momentos traviesos, especialmente los amantes de estos dos hermosos viejos en plena complicidad. Un momento dulce en las características de su vida. Nunca había visto semejante ambiente. Me sedujo ... Más allá de la edad y las imágenes, el artista captura sentimientos, especialmente aquellos de amor que el tiempo no ha erosionado. En el corazón de Arianne Clément, no solo hay una atracción por la exploración del cuerpo humano en el arte, también hay una mujer profundamen

Los desarraigados

A menudo se ven, caminando por las calles de las grandes ciudades, a hombres y mujeres que flotan en el aire, en un tiempo y espacio suspendidos. Carecen de raíces en los pies y a veces hasta carecen de pies. No les brotan raíces de los cabellos ni suaves lianas atan su tronco a alguna clase de suelo. Son como algas impulsadas por las corrientes marinas y cuando se fijan a alguna superficie es por casualidad y dura sólo un momento. En seguida vuelven a flotar y hay cierta nostalgia en ello. La ausencia de raíces les confiere un aire particular, impreciso; por eso resultan incómodos en todas partes y no se los invita a las fiestas ni a las casas, porque resultan sospechosos. Es cierto que en apariencia realizan los mismos actos que el resto de los seres humanos: comen, duermen, caminan y hasta mueren, pero quizás el observador atento podría descubrir que en su manera de comer, de dormir, caminar y morir, hay una leve y casi imperceptible diferencia. Comen hamburguesas Mac D

Con un lenguaje cifrado

M ás desnuda que nunca, hoy me has reencontrado. Arrastrando tras de mí esa adolescencia perpetua, en una vehemente madurez que a veces sin desearlo me arrastra a caer en una sensación de rendición, tras cosechar tantas noches eternas y de recibir ternuras estériles. Otras veces en cambio, entre tus cálidos brazos me acuna en esa especie de elucubración, que sitúa este mundo boca abajo. Disponiéndome a entretejer contigo ésta otra realidad abstracta repleta de irreprimible exaltación, esa que dicen, que tan sólo sufren los eternos adolescentes al sumergirse en una incontrolable marea, que sólo puede describirse por el lenguaje cifrado de nuestros cuerpos.

Entre tus manos

M e despierto entre tus manos,  frías, sudorosas , calladas… U n bosque de palabras  y recuerdos vivos,  perdiéndose entre ellos deseos desvanecidos. U na palabra truncada  sobre esa pregunta sin respuesta. D ibujar debo ese horizonte  tras el que tu te escondes. U n mar te viste de espeso silencio. U n oleaje de azúcar.  S uspiros negros. U n volver a empezar,  un empezar de nuevo… Ana D@V

Diario de un hombre ensimismado

Un cuento, ajeno

"Hay una historia que no está en la historia y que solo se puede rescatar aguzando el oído y escuchando los susurros de las mujeres”   Un día, un cuento, ajeno a la mano que lo escribió o pudiera haberlo escrito, cambió el final de su propia historia. Ese comienzo me gustaba, pero sentía que no había salido de mí, que había resurgido misteriosamente de no se sabe dónde. Pensé , si vuelvo a cerrar los ojos y a dejar que las horas transcurran, de forma que un día dé paso a otro día , tal vez vuelva a ocurrir algo parecido…, puede ser que mi mente encuentre una historia que cambiar, los cambios a veces son necesarios. Podría encontrar una pareja la que tras creerse unidos por un vínculo invisible, el tiempo y la distancia se hubieran unido para confabularse para que todo eso fuera completamente diferente. Que la chica no fuera a esa estación de tren, en la que iba a reencontrarse con su novio, que venía de una guerra cargado con un triunfo demasiado pesado. Ese hombre que a

Sal con una chica que leé

Sal con una chica que lee Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados.  Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.   Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas. Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota enc

La Espera

Hay una escenografía de la espera: la organizo, la manipulo, destaco un trozo de tiempo en que voy a imitar la pérdida del objeto amado y provocar todos los efectos de un pequeño duelo, lo cual se representa, por lo tanto, como una pieza de teatro.  El decorado representa el interior de un café; tenemos una cita y espero.   En el prólogo, único actor de la pieza (como debe ser), compruebo, registro el retraso del otro; esa demora no es todavía más que una entidad matemática, computable (miro mi reloj muchas veces); el Prólogo concluye con una acción súbita: decido “preocuparme”, desencadenó la angustia de la espera.   Comienza entonces el primer acto; está ocupado por suposiciones: ¿y si hubiera un malentendido sobre la hora, sobre el lugar? Intento recordar el momento en que se concretó la cita, las precisiones que fueron dadas. ¿Qué hacer (angustia de conducta)? ¿Cambiar de café? ¿Hablar por teléfono? ¿Y si el otro llega durante esas ausencias? Si no me ve lo más pro