Te pertenezco
desde este mismo instante.
Recorre mi cuerpo con tu lengua
Tibia,
suave
salvadora...
Escucha mis coagulados gemidos
al morderme cada uno de mis pechos,
al succionarlos con ansia como un niño.
Mi lengua dibujara tus labios.
mis caricias rotas lloraran
sobre tu desnudo cuerpo.
Te pediré que me dejes esa parte de ti
con la que pueda renacer de nuevo,
como el mayor de los milagros.
Empapame de esperanza,
al menos por este preciso momento…
desde este mismo instante.
Recorre mi cuerpo con tu lengua
Tibia,
suave
salvadora...
Escucha mis coagulados gemidos
al morderme cada uno de mis pechos,
al succionarlos con ansia como un niño.
Mi lengua dibujara tus labios.
mis caricias rotas lloraran
sobre tu desnudo cuerpo.
Te pediré que me dejes esa parte de ti
con la que pueda renacer de nuevo,
como el mayor de los milagros.
Empapame de esperanza,
al menos por este preciso momento…
Mi estimada Ana ha llegado la primavera, y yo sin darme cuenta, no dejes de decir, ni calles lo que te dicta el alma.
ResponderEliminarBesos.
Hermoso, como tú. Me uno a las palabras de Ignacio...
ResponderEliminarBesos.
Juan Lucas.