Ir al contenido principal

Fantasmas de nieve


Fantasmas de nieve en los cristales
el dolor de un secreto callado,
se desliza silenciosamente
por esas cuatro paredes
un perderse y no atreverse
un aroma a fracaso
por toda la estancia se percibe.

Los recuerdos salen de debajo de la cama
recostada en el sillón espero
en mi vida es habitual, costumbre
un cigarro tiembla entre mis dedos
su humo sube y sube…

Tan solo el péndulo del reloj se mueve
con un tic tac repetitivo
en el espejo hay un rostro,
el rostro de alguien que ha envejecido,
sus facciones me son familiares.

La ceniza cae en silencio
dejando sobre el suelo un cerco.

Los fantasmas de los cristales
han ido desapareciendo
el sol ya ha salido
y yo aún aquí espero
a que tú asomes de nuevo.

Dedicado a mi querido Ignacio mas conocido como © Igna

Comentarios

  1. Con esa forma de esperar, con ese cariño que demuestras tiene que aparecer y asomar en cualquier momento, así te lo deseo Ana.
    Abrazos y que tengas buen fín de semana.

    ResponderEliminar
  2. Pues es un bello poema, lleno de amor y no precisamente de nieve...
    Precioso
    ´
    Besos. Feliz fin de semana

    ResponderEliminar
  3. Ana Ignacio no ha desaparecido, tu bien sabes los motivos que me alejan momentaneamente, la piel es todo sensaciones de....

    No hay narcóticos, que palien de momento.
    Mis besos, mi agradecimiento por tu poema.

    ResponderEliminar
  4. Una vez más, me ha encantado tu texto. Sugerente y que es capaz de insinuar demasiadas cosas con pocas palabras. Escritura personal y verdadera. Gracias por ella.

    Sabes que te persigo en esta blogsfera de bellas palabras.

    Un fuerte abrazo.
    Luis Q.
    www.autobiografiaporescribirluisquinonesc.blogspot.com

    ResponderEliminar
  5. Tu labor diaria, tu buen hacer, el sentimiento que pones en cada uno de tus versos, el amor que de ellos se desgajan... te hacen cada día más y más maravillosa.
    Llegarás a esa meta que te has propuesto... pues el buen hacer y el amor aunque despacio querida Ana, se abren camino no lo dudes.

    Besos.
    Juan Lucas.

    ResponderEliminar
  6. Demasiada nostalgia de la que hablas mas abajo... Hoy me es complicado leerte, no por el tiempo ni la gana, sencillamente porque en ocasiones dan miedo ciertas palabras.. sobre todo cuando acabas de aplicar una leve gasa a las heridas abiertas, de calmar con las suaves y tamizadas miradas del amor esa extenuante sensibilidad que todo lo siente, que todo lo narra, que todo lo padece, sufre .. o disfruta. Atisbos de paz mezclados de echar de menos, sonrisa que emerge de lo espontaneo.. vidas que mueven el amor y luces que apagan la distancia y la soledad..

    A modo de un pequeño "rasguño" de esperanza en tu escrito..

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Con uno de mis dedos

Con uno de mis dedos, rozo tus labios, dibujar tu boca intento. Cerrando los ojos te pienso siguiendo la línea con mi dedo, con el pensamiento te palpo. En tu rostro se dibuja una sonrisa, que por azar  es la que busco. La libertad entre mis dedos crea pinceladas de luces, hago nacer los ojos que deseo. Siguiendo los pasos ciegos sobre tu piel de lienzo , se derraman colores de deseo, entre caricias disuelto. Me miras, de cerca me miras, pero yo no te veo, solo te siento con el pincel de mis dedos jugamos tan solo a tocarnos. Nos miramos cada vez más de cerca yo, siempre con los ojos cerrados. Superponiéndose  sensaciones, de colores inciertos en respiraciones agitadas, se confunden nuestros cuerpos. Nuestras bocas se reencuentran mordiéndose con los labios, sabores de deseo degustamos perfumes de amores viejos, jugando en sus recintos. El silencio limpia nuestras frentes, sudorosas de trementina y óleo. Entonces mis manos buscan hundirse en tu enmarañado cabello...

¡Que los Sabios Majos nos apapachen!

Siempre tuve dudas con respecto a la tradición de los Reyes Magos: mi hija, Mohammed, sobrinos, etc... Pero mi padre me había transmitido con tanta pasión la ceremonia de escribir la carta, limpiar los zapatos, colocarlos en la salita, que entonces también era cocina y comedor, y despertarnos temprano el día 6, que , cuando supe cual era la realidad y de donde procedían los regalos, mi padre dejaba de fumar una temporada para ayudar al ahorro, él y mi madre economizaban para que, al menos, una petición de cada uno se cumpliese, no lo superé muy bien. Alrededor de los 12 años, comenzaron a contar conmigo para la complicidad de los preparativos, y mi padre, a quien le gustaba Baltasar porque siempre fue del sur, me llevaba de la mano a buscar el pentotal de la ilusión de los 3 chiquitines. Una vez, a las 10 de la noche del día 5 de enero, se dio cuenta de que faltaban las pilas de la moto pedida por Juan. Y los dos, abrigo y bufanda colocados a toda prisa, salimos en busca de una ferrete...

Abracadabra

Yo suelo invocar una palabra, una palabra mágica, una palabra abrepuertas, que es, quizá, la más universal de todas. Es la palabra abracadabra, que en hebreo antiguo significa: Envía tu fuego hasta el final. A modo de homenaje a todos los fuegos caminantes, que van abriendo puertas por los caminos del mundo, la repito ahora: Caminantes de la justicia,  portadores del fuego sagrado,  ¡abracadabra, compañeros! Autor :  Eduardo Galeano