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Palabras



Las palabras son buenas. Las palabras son malas. Las palabras ofenden. Las palabras piden disculpa. Las palabras queman. Las palabras acarician. Las palabras son dadas, cambiadas, ofrecidas, vendidas, inventadas. Las palabras están ausentes. Algunas palabras nos absorben, no nos dejan: son como garrapatas, viven en los libros, en los periódicos, en los mensajes publicitarios, en los rótulos de las películas, en las cartas y los carteles. Las palabras aconsejan, sugieren, insinúan, conminan, imponen, segregan, eliminan. Son melifluas o ácidas. El mundo gira sobre palabras lubricadas con aceite de paciencia. Los cerebros están llenos de palabras que viven en paz y en armonía con sus contrarias y enemigas. Por eso la gente hace lo contrario de lo que piensa creyendo pensar lo que hace. Hay muchas palabras. Hay, también, el silencio. El silencio, es por definición, lo que no se oye. El silencio escucha, examina, observa, pesa y analiza. El silencio es fecundo. El silencio es la tierra negra y fértil, el humus del ser, la melodía callada bajo la luz solar. Caen sobre él las palabras. Todas las palabras. Las palabras buenas y malas. El trigo y la cizaña. Pero solo el trigo da pan. 

 José Saramago.

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Que bonita te ves así volviendo a ser tan tú, tan tranquila , tan loca, tan completa,    tan viva. Caminas con seguridad, sonriendo todo el tiempo, no te viste como otras, la moda no influye en tus gustos, usas lo que te identifique como única y así vas enamorando al mundo. Que bonita te ves desde que te rescataste, tu mirada cambió y la paz te invade a cada instante. Que hermosa te ves amando a tu manera, sin etiquetas, sin miedos, simplemente amando como tú quieras. Ya casi te pareces a la mejor versión de tí, a esa que se comerá al mundo en su afán de seguir siendo feliz. Que bonitos tus ojos y tus sonrisas, que bonitas tus cicatrices que bonitas. Te reconstruiste de una manera hermosa, tus pedazos al ser unidos te convirtieron en la más bella de las rosas. Que bonita te ves retomando las riendas de tu vida, no cualquiera resurge como tú de entre las cenizas. Que grande te ves pisoteando todas tus tristezas y complejos, que imponente te has vuelto desde que mandaste...

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