Ir al contenido principal

Con un lenguaje cifrado



Más desnuda que nunca,
hoy me has reencontrado.
Arrastrando tras de mí
esa adolescencia perpetua,
en una vehemente madurez
que a veces sin desearlo me arrastra
a caer en una sensación de rendición,
tras cosechar tantas noches eternas
y de recibir ternuras estériles.
Otras veces en cambio,
entre tus cálidos brazos me acuna
en esa especie de elucubración,
que sitúa este mundo boca abajo.
Disponiéndome a entretejer contigo
ésta otra realidad abstracta
repleta de irreprimible exaltación,
esa que dicen, que tan sólo
sufren los eternos adolescentes
al sumergirse en una incontrolable marea,
que sólo puede describirse
por el lenguaje cifrado
de nuestros cuerpos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Con uno de mis dedos

Con uno de mis dedos, rozo tus labios, dibujar tu boca intento. Cerrando los ojos te pienso siguiendo la línea con mi dedo, con el pensamiento te palpo. En tu rostro se dibuja una sonrisa, que por azar  es la que busco. La libertad entre mis dedos crea pinceladas de luces, hago nacer los ojos que deseo. Siguiendo los pasos ciegos sobre tu piel de lienzo , se derraman colores de deseo, entre caricias disuelto. Me miras, de cerca me miras, pero yo no te veo, solo te siento con el pincel de mis dedos jugamos tan solo a tocarnos. Nos miramos cada vez más de cerca yo, siempre con los ojos cerrados. Superponiéndose  sensaciones, de colores inciertos en respiraciones agitadas, se confunden nuestros cuerpos. Nuestras bocas se reencuentran mordiéndose con los labios, sabores de deseo degustamos perfumes de amores viejos, jugando en sus recintos. El silencio limpia nuestras frentes, sudorosas de trementina y óleo. Entonces mis manos buscan hundirse en tu enmarañado cabello...

¡Que los Sabios Majos nos apapachen!

Siempre tuve dudas con respecto a la tradición de los Reyes Magos: mi hija, Mohammed, sobrinos, etc... Pero mi padre me había transmitido con tanta pasión la ceremonia de escribir la carta, limpiar los zapatos, colocarlos en la salita, que entonces también era cocina y comedor, y despertarnos temprano el día 6, que , cuando supe cual era la realidad y de donde procedían los regalos, mi padre dejaba de fumar una temporada para ayudar al ahorro, él y mi madre economizaban para que, al menos, una petición de cada uno se cumpliese, no lo superé muy bien. Alrededor de los 12 años, comenzaron a contar conmigo para la complicidad de los preparativos, y mi padre, a quien le gustaba Baltasar porque siempre fue del sur, me llevaba de la mano a buscar el pentotal de la ilusión de los 3 chiquitines. Una vez, a las 10 de la noche del día 5 de enero, se dio cuenta de que faltaban las pilas de la moto pedida por Juan. Y los dos, abrigo y bufanda colocados a toda prisa, salimos en busca de una ferrete...

Si te tuviera.

i te tuviera. Si te pudiera tener... Iría recorriendo tu figura con la palma abierta de mi mano hasta crearte de nuevo. Eres nostalgia, memoria e incertidumbre. Eres un cuerpo y no lo eres en ese estar diario. A unque estuvieras, tendría que recordarte como estoy haciendo, la memoria es así de caprichosa. Te iría buscando despacito, con las yemas de los dedos, reptando mi cuerpo por tu cuerpo. Te buscaría con mis labios, dejando tras ellos ese hilo brillante húmedo de deseo. Como si no estuvieras aquí, cómo si nunca te hubieses ido. Como si fueras un recuerdo necesario para seguir respirando y sentir que aún estoy viva, que siento y en ese sentir te encuentro. Te busco con miedo, más del que tu puedas imaginar. Te espero sentada a la orilla de tus recuerdos, esos que me obsequiaste, poniendo sonrisas en mí rostro. Oculta y cómplice como otras veces. Te espero, sentada a la orilla de tus propias sombras, desde el ese vértigo increíble de poder tocarte, de poder ser yo esa otra mu...