Mi cuerpo, ya no es mi cuerpo,
es más, el de alguien que está muerto.
Inmerso en una metamorfosis
creada por todos ellos.
Me han robado el sueño.
Despierta, siempre despierta
para escuchar los silencios.
Quisiera descansar de todo esto
y no me dejan hacerlo,
les pido, les ruego
y siguen sin entenderlo.
Sonríen, gestos y más gestos
perdidos en los tiempos.
Un ir y venir de sentimientos
se pasean por este dormitorio,
cargados mayoritariamente de miedos.
No quieren ver ni escuchar
lo que en mis ojos les muestro.
Callo ,silencio, siempre silencio
y un llanto disfrazado de sonrisa ofrezco.
Sus ojos y mis ojos
cómplices de esos silencios,
sus palabras y mis palabras escritas
pululan sin un lugar concreto.
y sigo esperando ante un mar incierto,
donde dicen que se cumplen los sueños,
entre la música del universo.
Ya ni estremecerme puedo
solo derramar este llanto perpetuizado y reseco,
cuando en la noche me pierdo,
entre un pasado, un presente
y un futuro negro, muy negro,
en la espera de que alguien me ayude
en algo que yo no puedo.
Estoy cansada de no haber vivido,
y descansar, es lo que necesito.
Con uno de mis dedos, rozo tus labios, dibujar tu boca intento. Cerrando los ojos te pienso siguiendo la línea con mi dedo, con el pensamiento te palpo. En tu rostro se dibuja una sonrisa, que por azar es la que busco. La libertad entre mis dedos crea pinceladas de luces, hago nacer los ojos que deseo. Siguiendo los pasos ciegos sobre tu piel de lienzo , se derraman colores de deseo, entre caricias disuelto. Me miras, de cerca me miras, pero yo no te veo, solo te siento con el pincel de mis dedos jugamos tan solo a tocarnos. Nos miramos cada vez más de cerca yo, siempre con los ojos cerrados. Superponiéndose sensaciones, de colores inciertos en respiraciones agitadas, se confunden nuestros cuerpos. Nuestras bocas se reencuentran mordiéndose con los labios, sabores de deseo degustamos perfumes de amores viejos, jugando en sus recintos. El silencio limpia nuestras frentes, sudorosas de trementina y óleo. Entonces mis manos buscan hundirse en tu enmarañado cabello...
Cúanta tristeza derrama este poema!
ResponderEliminarSaludos.
Un poema con mucho dolor a cuestas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ana.
Inventamos sueños de amor para estar a salvo.
ResponderEliminarSupongo que está bien describirnos como algo inconcluso...
No es cierto que el Otro nos completa.