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Diez años después



Como todo, en la vida, se termina. El sueño se evapora y las ninfas de la escritura descubren que nunca serán aquello que en algunos momentos, llegaron a creer. Algunas quisieron continuar y se erigieron como notas musicales, siete, y siete son las notas Do, Re. Mi, fa, sol, la, si... Cada una en la suya se lanza al aire y brota la música, breve, pero intensa... Todas ellas hoy se diluyen entre mares revueltos y luces brillantes. Todo sucede entre sombras y claros difíciles de controlar. Se lanzaron al viento, eufóricas, llenas de promesas ... pero sus vidas, no son sólo suyas, la realidad siempre se impone es otra y nada se puede contra ella, es como esa losa que todo lo aplasta por más que uno no quiera .
  El encuentro

 El día siete de junio, el convento de Santa Clara se engalana para conmemorar ese décimo aniversario. Cada uno, desde si mismo, se cree poder volver a encontrar igual que en sus inicios. 
Allí se reúnen los sueños... Todos, de nuevo buscan aquello que vivieron en un mismo tiempo, pero cada cual desde su deseo. Se rompen rutinas ya para buscar sueños, ya para encontrarse así mismos, ya para conocer algo diferente. El embrujo surge, les envuelve... es el convento, será esos espectros que allí moran, sueñan... Todo será hermoso y satisfactorio puesto que lo que se busca está en la palabra... la palabra hecha obra y empresa, la palabra que escrita recrea, la palabra que crea, inventa y trasforma la verdad en sueños, sueños de buena fe, pero al fin... sueños. Pau, Teresa, Dolors, Paloma, Elena... Todos estaban allí era su encuentro.. quizá con ellos mismos... con lo demás ¿Buscan resurgir el mismo inicio? O quieren revivir el embrujo, como si todos esos años no existiesen o no hubiesen pasado y todo fuese igual ¿lo era...? 


 Resurge

 Resurge entre todos, cuando se habla de ella, el recuerdo de una compañera (Rosa Cano) ha dejado ya de estar entre todos. Una alumna, como todos, con sueños y deseos. Pero el suyo se cumple, se queda en su sueño, escribe y publica, ya es una escritora y además, buena. Un fin, no esperado tan pronto (es ese golpe bajo que la vida da sin avisar), no es bien recibido, pero aún así se asume, se acepta... 
Eso sí, su obra se queda, ya existe es, su relato. Pasó, como todos, pero no está entre nosotros, sólo es su deseo... 

Nunca será igual, pero lo que pasó queda vivo entre nuestros recuerdos. 
Una nota es su historia 
 “mi” 



Beatriz Mejias Herrera

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