Ahora que sé que no te tengo y
de que nunca te he tenido.
Ahora que no tendre a quien escribirle un poema
que encierre el amor entre sus letras.
Ahora que me autocastigo a este final
como condena,
olvidando todo lo que llevo dentro,
le cerrare la puerta a los sentimientos.
Mirare hacía otro lado y
desoiré de mi corazón su queja…
Ahora ante esta abrupta y despiadada realidad,
volveré a ser esa marioneta
que aprendió un día
a esconderse tras una sonrisa.
...Y a seguir caminando mirando, siempre, al frente.
ResponderEliminarLa vida te dará motivos para no "esconderte tras una sonrisa"
Un abrazo.
No te escondas, tan sólo no luches contra lo que sientes, dejalo fluir y tal vez se diluy antes...
ResponderEliminarUn abrazo guapa